Voy a comprar cigarrillos y vuelvo
Tem hora que é melhor esquecer, dicen los brasileños CPM 22 en una de sus canciones más conocidas. Algo así debe haber rondado la cabeza de Luiz Felipe Scolari cuando, en 1990 y a los 41 años, tras una experiencia en la selección de Kuwait -interrumpida bruscamente por el estallido de la Guerra del Golfo- dirigió al Coritiba por apenas 20 días.
Fueron 3 derrotas en igual cantidad de presentaciones: 0-2 en el debut contra Juventude 0-4 contra Joinville (con renuncia no aceptada en el vestuario) y nuevamente 0-2 contra Juventude. La última caída incluyó una escena dantesca e inolvidable para los dirigentes del conjunto paranaense. Según João Jacob Mehl, el presidente de Coritiba en aquella época, al final del partido Scolari regresó a Caxias do Sul en el micro de… Juventude y nunca más volvió a Curitiba.
“Terminó el partido, salió del banco de Coritiba, cruzó toda la cancha y se fue directo donde estaba la gente de Juventude. Pensé ‘Debe haber ido a saludar a los jugadores y el técnico’. Pero pasaban los minutos, no volvía, no volvía, no volvía y lo fui a buscar. Cuando entré al vestuario, el utilero me dijo ‘Ni lo esperes. Ya no va a volver’”, recordó Mehl hace algunos años en una entrevista.
Según el directivo, el DT no le iba a encontrar la vuelta a un equipo que había descendido el año anterior (castigado por no presentarse a un match contra Santos en Minas Gerais), estaba hundido en deudas, tenía jugadores poco comprometidos con el club y acumulaba resultados negativos.
“Scolari salió con su valija de la concentración de Coritiba por la mañana y la dejó en el micro de Juventude. Cualquiera que fuera el resultado, tenía decidido irse”, asegura Mehl. Según la versión del entrenador, tras el encuentro fue a buscar sus cosas al hotel donde se hospedaba en Curitiba y se encontró con la delegación del Juventude, que estaba en otro hotel de la misma ciudad.
Felipão, que en 1987 había sido campeón del torneo gaúcho con Gremio, había llegado a Coritiba en septiembre de 1990, recomendado por Levir Culpi. El día que asumió, el bigotudo declaró: “No voy a impedir que Coritiba dé espectáculo, pero primero está la competitividad, el fútbol aguerrido. En segunda división no se puede jugar como en Primera”. Quedó claro, eh (?)
Tras ese paso en falso, Scolari fue contratado por el Criciúma de Santa Catarina, equipo con el que obtuvo la Copa do Brasil en 1991. Luego pasó al fútbol árabe, donde estuvo al frente del Ah-Ahli de Arabia Saudita y del Al-Qadisiya de Qatar. De nuevo en Brasil, comandó uno de los ciclos más exitosos y recordados del Gremio de Porto Alegre (entre 1993 y 1996). El resto ya es historia conocida.
Fueron 3 derrotas en igual cantidad de presentaciones: 0-2 en el debut contra Juventude 0-4 contra Joinville (con renuncia no aceptada en el vestuario) y nuevamente 0-2 contra Juventude. La última caída incluyó una escena dantesca e inolvidable para los dirigentes del conjunto paranaense. Según João Jacob Mehl, el presidente de Coritiba en aquella época, al final del partido Scolari regresó a Caxias do Sul en el micro de… Juventude y nunca más volvió a Curitiba.
“Terminó el partido, salió del banco de Coritiba, cruzó toda la cancha y se fue directo donde estaba la gente de Juventude. Pensé ‘Debe haber ido a saludar a los jugadores y el técnico’. Pero pasaban los minutos, no volvía, no volvía, no volvía y lo fui a buscar. Cuando entré al vestuario, el utilero me dijo ‘Ni lo esperes. Ya no va a volver’”, recordó Mehl hace algunos años en una entrevista.
Según el directivo, el DT no le iba a encontrar la vuelta a un equipo que había descendido el año anterior (castigado por no presentarse a un match contra Santos en Minas Gerais), estaba hundido en deudas, tenía jugadores poco comprometidos con el club y acumulaba resultados negativos.
“Scolari salió con su valija de la concentración de Coritiba por la mañana y la dejó en el micro de Juventude. Cualquiera que fuera el resultado, tenía decidido irse”, asegura Mehl. Según la versión del entrenador, tras el encuentro fue a buscar sus cosas al hotel donde se hospedaba en Curitiba y se encontró con la delegación del Juventude, que estaba en otro hotel de la misma ciudad.
Felipão, que en 1987 había sido campeón del torneo gaúcho con Gremio, había llegado a Coritiba en septiembre de 1990, recomendado por Levir Culpi. El día que asumió, el bigotudo declaró: “No voy a impedir que Coritiba dé espectáculo, pero primero está la competitividad, el fútbol aguerrido. En segunda división no se puede jugar como en Primera”. Quedó claro, eh (?)
Tras ese paso en falso, Scolari fue contratado por el Criciúma de Santa Catarina, equipo con el que obtuvo la Copa do Brasil en 1991. Luego pasó al fútbol árabe, donde estuvo al frente del Ah-Ahli de Arabia Saudita y del Al-Qadisiya de Qatar. De nuevo en Brasil, comandó uno de los ciclos más exitosos y recordados del Gremio de Porto Alegre (entre 1993 y 1996). El resto ya es historia conocida.
"castigado por no presentarse a un match contra Santos en Minas Gerais" La Gran Culon de Sta Fe?
ResponderEliminarvamos a ver si hoy no se va con los alemanes
ResponderEliminarsi hoy no se raja y se banca el NO SE OLVIDA MAS (?) que le propinó Alemania, queda perdonado de por vida
ResponderEliminarLindo día para borrarse con el micro de los germanos. Muy amistoso estaba Luiz Felipe después de terminado el partido...
ResponderEliminarMe parece que le pusieron un ananá en la boca y le sacaron Ananá Fizz por el orto durante todo el viaje en el micro teutón
ResponderEliminarera Dante, defensa del bayern por cierto, que estaba de abrazo y beso con sus aparentes violadores...
ResponderEliminaren casos como este, no es preferible renunciar y/o huir lo mas pronto posible? digo, un pais entero te quiere matar, aqui nadie quiere que te la banques...