Baldoseros: David Odonkor (Alemania)

Típico producto del actual fútbol cosmopolita, donde los alemanes ya no son exclusivamente rubios ni albinos, David Odonkor surgió con la velocidad de un rayo impertinente capaz de llevarse al planeta a la rastra, para terminar fundiendo motores prontamente cuál un Adrián Guillermo del mundo desarrollado. Aquí su decepcionante recuerdo.

Traído al mundo luego de un “interracial” (?) entre un ghanés con una alemana, Odonkor nació el 21 de febrero de 1984 en Bünde, bien al norte de los pagos de Steffi Graff. Wing, extremo, segunda punta o capaz de jugar en cualquier otra demarcación que le otorgue libertad y anarquía, el moreno llamó la atención -casi como único argumento- por su velocidad supersónica, esa que le permitía recorrer los 100 metros llanos en apenas 10 segundos. Esa cualidad le bastó para robar tanto en su club de origen, Borussia Dortmund, como así también en las diversas selecciones juveniles alemanas.

Apenas dos semanas antes de que comience Alemania 2006, Jürgen Klinsmann sorprendió y lo convocó a “Die Mannschaft”, haciéndolo debutar en un amistoso ante Japón, donde Odonkor fue hostigado por diversos grupos neonazis que concurrieron al estadio para protestar por su presencia en el combinado nacional, como así también por la del ghanés Gerald Asamoah. Pese a ese malestar sectorizado, ambos se metieron en la lista definitiva desplazando a Kevin Kuranyi, el Carlos Tévez teutón (?).

Y ahí vino lo mejor de su trayectoria. Siempre desde el banco de suplentes, Odonkor jugó un minuto ante Costa Rica (4-2) en la apertura del Mundial y 26 minutos ante Polonia (1-0) en el segundo encuentro. Luego reapareció, claro ¿Cuándo? Nada más y nada menos que contra Argentina por Cuartos de Final, donde ingresó a los 17 minutos del complemento y se dedicó a abrir la cancha para los interminables centros a la cabeza de Miroslav Klose. Tras la victoria por penales, jugó 37 minutos en la derrota ante Italia (0-2) por semifinales para luego observar, con apenas 22 años, como la persiana de su promisoria carrera se cerraba abruptamente y de manera definitiva…

Extrañamente para un jugador que ya tenía varios contratos publicitarios y a quien supuestamente pretendían el Bayern Munich, el Barcelona y el Chelsea, Odonkor terminó firmando para el Real Betis Balompié, donde a las pocas semanas tuvo su primera lesión de cartílagos con la cual perdió 2 velocidades de manera instantánea. Y así se la pasó durante 4 años. Lesión, reaparición, decepción, hospital. Encima estuvieron a punto de amputarle una pierna, su equipo se fue al descenso y el alemán terminó sus días como suplente de Mariano Hugo Pavone. Eso si que es caer bajo...

Entre 2006 y 2010 sumó 51 paupérrimos partidos entre Primera y Segunda División y se pasó la temporada 2010/11 entrenando separado del primer equipo, para luego recibir libre la ficha por la cual los de Sevilla habían pagado 8 millones de dólares. “No creo que un jugador que haya jugado un Mundial sea malo”, se defendió ante las constantes burlas de los seguidores del Betis. Y no, claro que no. La denominación que le correspondía a Odonkor no era “malo” sino “baldosero”. Y eso es universal…

Con apenas 27 años, a mediados de 2011 se unió, gratis, al Alemannia Aachen de la Bundesliga B y un año después se marchó al Hoverla Uzhhorod de Ucrania, donde colgó los botines después de en vano intentar recuperar su velocidad durante 14 cotejos. La crisis de los 30 años lo encuentra en el SC Verl de la Liga Regional de Westfalia como técnico alterno de Andreas Golombek. Triste final para un congénere de Podolski, Schweinsteiger, Lahm y Mertesacker que debería estar brillando a toda velocidad en Brasil 2014…

Ciriaco