Día 14 - ¡VIVEN!

Apenas abrimos la persiana de la habitación 605 de Lar Residéncias nos invadió el aire húmedo de Porto Alegre, desde nuestra llegada que no teníamos dos días seguidos de buen clima. A lo lejos entre la bruma matinal se veía el Beira Río, mas cerca pero fuera de nuestro arco visual, se escuchaba la prueba de sonido del Fan Fest que nos tendría presentes a la hora del partido de Uruguay.

En el desayuno se escuchaban solo conversaciones en castellano, los argentinos ya habían invadido hasta el último boteco de Porto Alegre y peleaban de manera simpática (?) hasta la última feta de jamón que ofrecía el desayuno. Algún uruguayo que volvía de San Pablo también andaba en la vuelta, pero en esto de la comida nunca se desesperan porque siempre tienen algo debajo de la manga.

"...que aguantan mas porque son menos, de fierro son mis hermanos..."

Poca gente nos esperaba en el Fan Fest, un poco por la hora, otro poco porque era lunes. Esos pocos que había se dividían en 70% argentinos, 15% brasileros y el restante 12% lo compartían uruguayos y colombianos, 3% no sabe no contesta (?). Los partidos contra Italia siempre son difíciles, juegan muy parecido a Uruguay pero cuentan con mejor juego colectivo, la celeste tenía a favor que el piedra mas grande del mundo, Pelé Mick J*gger había dicho que ganaban los tanos. Esa ventaja se esfumó antes de que empezara el partido cuando el puñado de uruguayos que había en el predio decidió cantar el himno abrazados como Los Pum*s, mufa con mufa se anulan, así que ahora solo dependía del hambre de gloria de los jugadores.

El calor nos sofocaba y el partido nos agobiaba, todos esperábamos que Uruguay saliera a comerse a su rival desde el minuto uno pero no sucedió así, por lo tanto el primer tiempo se hizo duro, difícil de digerir, apenas un par de chances de gol para cada lado y la expulsión latente del vendehumo de Balotelli como máxima emoción.

El segundo tiempo empezó peor ya que el puto de Prandelli sacó a Balotelli, dejándonos sin el único jugador con ganas de sobresalir a cualquier precio. Tabárez había decidido empezar el segundo tiempo con once jugadores y retiró del campo a Lodeiro para darle otra chance al expulsado Maxi Pereira. Los primeros quince minutos se iban con sabor a nada hasta que Marchisio le metió un planchazo terrible a Arévalo Pirlo y se ganó la roja, primer festejo del Fan Fest; no se si porque Uruguay quedaba con un jugador mas o por la calidad de la patada. Quedaban treinta minutos, a los celestes no se les caía una idea pero el árbitro con esa expulsión le había puesto un poco de condimento al partido.

Con el empate a favor y en inferioridad numérica, los italianos estaban en su salsa: esperar en el área y salir de contragolpe, han definido (y ganado) mas de un mundial con esa receta. 

Cuando la desesperación se estaba apoderando de los uruguayos (el Cebolla Rodríguez corrió con la camilla para sacar a un tano acalambrado) apareció EL para torcer definitivamente el destino del match: "O Cara Luisito" que se había comido una chance clara pocos minutos antes, fue a buscar un centro al único lugar donde no iba a ir la pelota: la posición de Chiellini. Ya sobre el zaguero recordó la única cosa que había podido digerir de la charla motivadora que alguna vez le dieron los sobrevivientes de la "Tragedia de los Andes" al seleccionado uruguayo y le dio un mordiscón en el hombro al defensor. Lamentablemente el tamaño de sus dientes le jugó en contra y rebotó contra el suculento deltoide del italiano.

Vampiresa

Este incidente enfrió el partido pero mas enfrió a los jugadores italianos, a la vez que encendía a los once uruguayos que veían como se les escapaba la última chance de sobrevivir en el mundial. Fríos y cansados, casi muertos diríamos, era imposible que aguantaran hasta el final a un equipo con hambre, solo debían posponer el banquete de toda la hinchada que había copado el estadio de Natal. Lograron su objetivo hasta pasado el minuto 80 cuando Godín aprovechó un excelente centro de Gastón Ramírez y puso el 1-0 definitivo. Gol y clasificación de Uruguay, que logró su objetivo comiéndose a los rivales mas díficiles de su zona y apareció entre los clasificados cuando todos lo daban por muerto. Y lo hizo usando la receta que mas le gusta: a fuego lento.